viernes, 14 de marzo de 2014

Éxtasis divino

Esta entrada no habla de oportunismos. Ni de "vamos a escribir ahora que hemos ganado 0-2 al Sevilla""Y en su campo". O quizás sí, qué demonios.

Hay dos cosas que serían injustas en este día y en este blog. Una sería no escribir y la otra, olvidarnos de esa sensación inolvidable que vivimos ayer y ceñirnos a burlas sobre el rival con un "Pobre pobre palangana..." como título de esta entrada. Ojo, ese título anuncio ya que será el que encabece la previa del partido de vuelta en el Villamarín en el que, por cierto, estaré presente.

Así que por eso quiero que nos regodeemos en la sensación que vivimos ayer. Hay mucha gente supersticiosa por el mundo y no me considero dentro de ese grupo pero sí con el fútbol y con el Betis. Si veo que algo funciona y da suerte al equipo trataré de repetirlo cuando sea necesario aún sabiendo que mi poder no es tal. Ayer, eso se cumplió y pudimos celebrar nada más y nada menos que dos tantos contra el Sevilla en su campo en un partido que ya comenzaba con una acalorada previa con tifo confiscado incluído. 

Ayer vi a un Betis que me resultó más familiar. Porque aunque haya jugadores nuevos que empiezan ahora a conocer el Beticismo vi coraje sobre el verde. Vi a un N´Diaye muy bien plantado que encaró muy bien durante todo el encuentro y sobre todo a un Antonio Adán que no se amilanó en ningún momento destacando ese primer encontronazo en el primer minuto frente a Bacca. No creo que haya dudas de que ahí estuvo la verdadera victoria del partido ya que no es nada nuevo el ver a un Betis destrozado después de haber encajado un gol a los pocos segundos del pitido inicial.

Tras la publicación de mi previa de ayer, recibí comentarios que contradecían eso de que al bético le encantan los derbis alegando que muchos lo detestaban y creo entender por qué. Los derbis tienen un gran poder sobre la afición verdiblanca e imagino que esto será extrapolable también a la sevillista. Y es que un derbi puede llevarte a lo más alto, como fue el caso de ayer, y al mismo tiempo puede hundirte con un gancho moral en toda la boca del estómago.

Por eso, porque ayer tuvimos esas ganas de ganar y de animar, ahora toca disfrutar y seguir tachando objetivos. ¡MUSHO BETIS!


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